Galileo Galilei nació en Pisa en 1564. Cuando contaba con 10 años de edad, su familia se trasladó a Florencia, donde Galileo estudió en el monasterio de Santa María de Vallombrosa. En 1581 ingresó en la Universidad de Pisa para estudiar medicina. En cuatro años abandonaría sus estudios sin haber conseguido el título, pero sí grandes nociones sobre Aristóteles.
De vuelta en Florencia, se dedicó a profundizar en el estudio de las matemáticas, y empezó a realizar observaciones en el ámbito de la física. En 1583 descubrió el isocronismo de las oscilaciones del péndulo. Después de haber publicado en 1586 La Pequeña Balanza, se dedicó a ampliar y a profundizar también en su propia cultura literaria, hasta que en 1589, el gran duque de Toscana le otorgó una cátedra de Matemáticas en la Universidad de Pisa.
En su obra "Diálogo sobre los dos sistemas máximos del mundo" expone la teoría heliocéntrica, con todas las evidencias que la demuestran, observadas gracias a su invento: el telescopio astronómico. Este fue el libro principal por el que Galileo fue denunciado a la Inquisición. Tuvo tanta repercusión que consolidó definitivamente el modelo heliocéntrico pero también convirtió a Galileo en el mártir de la ciencia moderna. En el santo laico y en la representación de la lucha entre talento y poder. Se transcribe la fórmula de abjuración de Galileo por ser un documento histórico muy relevante en la historia del pensamiento occidental.
Yo,
Galileo Galilei, hijo del difunto Vincenzo Galilei, de Florencia, de
setenta años de edad, siendo citado personalmente a juicio y
arrodillado ante vosotros, los eminentes y reverendos cardenales,
inquisidores generales de la República universal cristiana contra la
depravación herética, teniendo ante mí los Sagrados Evangelios,
que toco con mis propias manos, juro que siempre he creído y, con la
ayuda de Dios, creeré en lo futuro, todos los artículos que la
Sagrada Iglesia católica y apostólica de Roma sostiene, enseña y
predica. Por haber recibido orden de este Santo Oficio de abandonar
para siempre la opinión falsa que sostiene que el Sol es el centro e
inmóvil, siendo prohibido el mantener, defender o enseñar de ningún
modo dicha falsa doctrina; y puesto que después de habérseme
indicado que dicha doctrina es repugnante a la Sagrada Escritura, he
escrito y publicado un libro en el que trato de la misma y condenada
doctrina y aduzco razones con gran fuerza en apoyo de la misma, sin
dar ninguna solución; por eso he sido juzgado como sospechoso de
herejía, esto es, que yo sostengo y creo que el Sol es el centro del
mundo e inmóvil, y que la Tierra no es el centro y es móvil, deseo
apartar de las mentes de vuestras eminencias y de todo católico
cristiano esta vehemente sospecha, justamente abrigada contra mí;
por eso, con un corazón sincero y fe verdadera, yo abjuro, maldigo y
detesto los errores y herejías mencionados, y en general, todo error
y sectarismo contrario a la Sagrada Iglesia; y juro que nunca más en
el porvenir diré o afirmaré nada, verbalmente o por escrito, que
pueda dar lugar a una sospecha similar contra mí; asimismo, si
supiese de algún hereje o de alguien sospechoso de herejía, lo
denunciaré a este Santo Oficio o al inquisidor y ordinario del lugar
en que pueda encontrarme. Juro, además, y prometo que cumpliré y
observaré fielmente todas las penitencias que me han sido o me sean
impuestas por este Santo Oficio. Pero si sucediese que yo violase
algunas de mis promesas dichas, juramentos y protestas (¡qué Dios
no quiera!), me someto a todas las penas y castigos que han sido
decretados y promulgados por los sagrados cánones y otras
constituciones generales y particulares contra delincuentes de este
tipo. Así, con la ayuda de Dios y de sus Sagrados Evangelios, que
toco con mis manos, yo, el antes nombrado Galileo Galilei, he
abjurado, prometido y me he ligado a lo antes dicho; y en testimonio
de ello, con mi propia mano he suscrito este presente escrito de mi
abjuración, que he recitado palabra por palabra.
En
Roma, en el convento de la Minera, 22 de junio de 1633; yo, Galileo
Galilei, he abjurado conforme se ha dicho antes con mi propia mano".
Cuestiones:
1. ¿Qué piensas sobre la libertad de expresión en esta época?
2. ¿Crees que la Iglesia actuó correctamente al perseguir teorías "falsas"?
3. ¿Qué te sugiere el texto del juramento?